Este capítulo aborda la intersección entre el lenguaje y la psicología, puesto que explora cómo el lenguaje influye y es influenciado por procesos psicológicos. En la primera sección, se define el lenguaje desde una perspectiva psicológica, destacando su papel en la cognición y el desarrollo emocional. La subsección sobre dimensiones cognitivas y emocionales del lenguaje examina aspectos específicos como la fonología, la semántica, la morfosintaxis y la pragmática. Cada una de estas áreas resalta cómo el lenguaje no solo estructura la comunicación, sino que también organiza y refleja procesos mentales complejos. La discusión sobre las funciones psicológicas del lenguaje aborda su papel en la comunicación, la expresión de emociones, el aprendizaje, el pensamiento abstracto y la transmisión cultural, subrayando su relevancia en la vida cotidiana y en el desarrollo personal. Finalmente, se analizan diversos trastornos del lenguaje, incluyendo el trastorno específico del lenguaje y la dislexia, entre otros, para ilustrar cómo las dificultades lingüísticas afectan el desarrollo psicológico.