El aprendizaje es un proceso dinámico y continuo que permite a los individuos adquirir, retener y aplicar conocimientos y habilidades a lo largo de sus vidas. Este proceso no solo se basa en la asimilación de información, sino que también involucra una serie de aspectos fundamentales, como la motivación, que impulsa a los estudiantes a aprender; la atención, que determina qué información se procesa; y la memoria, que facilita la retención y recuperación de conocimientos. Estos factores interactúan de manera compleja, influyendo en la eficacia del aprendizaje (De la Cruz et al., 2022).