El turismo de aventura, según la definición dada por la Organización Mundial de Turismo, es la actividad recreacional y deportiva que requiere de esfuerzo físico y que se lleva a cabo en lugares que presentan atributos geográficos y escenarios particulares (Akaho, 2024). Con el paso del tiempo, el desarrollo del turismo ha incorporado distintas prácticas de gestión que manifiestan el incremento de la capacidad económica en beneficio de la optimización de servicios para los turistas (Nurmatova et al., 2021). Constantemente, han surgido nuevas formas de servicio en el sector turístico a nivel mundial, donde el interés se basa en la visita de lugares poco concurridos, así como el aumento en la inversión para los productos ofrecidos en actividades al aire libre en conjunto con la naturaleza (RodríguezSantos et al., 2021).