El turismo de aventura ha crecido de manera significativa, lo que ha generado la necesidad de establecer normativas de seguridad que protejan tanto a los turistas como a los operadores. Estas regulaciones son esenciales para garantizar experiencias seguras y de calidad, minimizando riesgos en las actividades. La innovación también juega un papel crucial, ya que la adopción de nuevas tecnologías mejora la experiencia del viajero y contribuye a la seguridad, permitiendo a los operadores adaptarse a las demandas cambiantes del mercado.